como las tendencias de la comunidad o los acontecimientos fortuitos, para obtener una ventaja en la competición. El metajuego abarca todos y cada uno de los aspectos del juego que ocurren fuera del entorno ficticio determinado. En el contexto del juego competitivo, el metagaming consiste en seleccionar o crear una estrategia de juego óptima utilizando medios ajenos al propio juego para influir en el resultado de una partida. Esto requiere la creación de estrategias y está directamente relacionado con la toma de decisiones de alto nivel, ya que está influenciada por la comprensión del juego, que a su vez está mediada por el rendimiento, el conocimiento y los prejuicios innatos sobre cómo se debe jugar y cómo se comportarán los oponentes. El metajuego es dinámico y las estrategias que se crean nunca son aisladas, sino que forman parte de un ecosistema cambiante de juego competitivo que suele ser muy público.
El metagaming en los deportes electrónicos puede adoptar las siguientes formas:
Unirse o perfeccionar las estrategias populares existentes.
Atacar el metajuego: desarrollar contramedidas contra las estrategias populares actuales.
Estrategias contra tus oponentes: conocer el historial de juego de un oponente específico (quizás revisando sus repeticiones) y utilizar este conocimiento para explotar sus debilidades.
Innovar: es similar a atacar el metagaming, pero se basa más en que tu oponente no esté familiarizado con tu estrategia. En ocasiones, se denomina "cheese" si la estrategia sólo puede aplicarse una vez.
Usar medios completamente ajenos al juego para influir en una partida, como hablar mal en Internet antes de la partida o utilizar la retransmisión en directo de un jugador en su contra.
Reglas de juego: aprovecharse de las reglas de un juego/torneo para obtener una ventaja.
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